¿Corto las hojas?

Es una pregunta que nos suelen hacer cuando compramos rábanos en el mercado de productos ecológicos que viene periódicamente a nuestro pueblo.

Cuando nos preguntan si cortan las hojas, tenemos que decir inmediatamente que no para parar el movimiento del dependiente, que sostiene la parte roja de rábano en una mano y sus hojas en la otra y que está a punto de arrancar las hojas para tirarlas.

Lo primero que hacemos cuando llegamos a casa, en realidad, es separar la parte de tubérculo y la de las hojas, como iba a hacer el dependiente, pero nuestra intención es aprovechar ambas partes para la cocina. Arrancamos la hoja justo desde su raíz porque si dejamos las hojas conectadas a la raíz, van absorbiendo su nutrición y los frutos rojos que normalmente comemos perderían su sabor.

Después lavamos muy bien las hojas, sobre todo la parte cercana a la raíz, que suele tener tierra.

Es mejor cocinarlas ya, porque las hojas se marchitan rápido, pero suele ser mucha cantidad para cocinar todo en el mismo día. Entonces lo que hacemos es utilizar una parte para el mismo día y lo que sobra, lo picamos y lo bañamos en salsa de soja para conservarlo.

Cuando piquemos las hojas de rábano, puede que nos sorprendamos por la cantidad que tenemos, pero al saltearlas se reduce mucho su volumen. Hoy presentamos una receta fácil de sopa con estas hojas.

Ingredientes (para 2 personas): 

• Hojas de rábano (cantidad equivalente a las hojas de unos cinco rábanos)
• 2 cucharaditas de aceite de oliva
• 300 ml. de caldo de cocción de garbanzos (u otro caldo vegetal)
• Sal (cantidad al gusto)

1. Lavar bien las hojas de rábano y picarlas.
2. Poner aceite de oliva en una cazuela y saltear las hojas.
3. Añadir el caldo de cocción de garbanzos y llevar a ebullición.
4. Sazonar la sopa y servir.