¿Qué pasaría si dejamos una manzana fuera de la nevera durante dos meses?

¿Se descompondrá y soltará mal olor?

La respuesta está aquí:

Esta es una manzana del bosque que recogimos el 14 de noviembre de 2012 y la foto se hizo el 13 de enero de 2013.

Esta manzana, que ha crecido de manera silvestre, dos meses después está deshidratada y tiene arrugas en su piel, pero no tiene mal olor, sino que más bien sigue teniendo un aroma dulce y agradable.

Las plantas que crecen en un estado natural sin pesticidas ni abono no se pudren, sino que si las dejamos por ahí, pierden su líquido y al final se marchitan. Esto es porque la descomposición es algo que se produce por las bacterias, pero las plantas realmente sanas, a las que no les sobra ni falta la nutrición, no atraen a las bacterias.

Este es el argumento en el que se apoyan los agricultores que cultivan hortalizas con método de agricultura natural sin utilizar ni pesticidas ni tampoco abono, intentando reproducir al máximo un estado más cercano a las condiciones del bosque, en las que los árboles dan sus frutos sin ayuda de ningún ser humano.

Esta vez, como conseguimos manzanas del bosque, quería comprobar si eso era verdad, y parece que hasta ahora sí que tenía razón esta teoría. A ver cómo evoluciona su estado si la dejamos más tiempo. Ya lo iremos comentando en este blog.

Ahora, en Japón, hay cada vez más gente que busca frutas y hortalizas de la agricultura natural. Dicen que, especialmente para las personas que sufren fuertes alergias o enfermedades severas, las diferencias entre comprar productos de agricultura convencional, los de agricultura ecológica y los de agricultura natural son muy importantes.

Las manzanas del bosque que recogimos en noviembre eran mucho más pequeñas que las cultivadas. La manzana de la izquierda es una manzana Golden de cultivo orgánico, que compramos en un supermercado, y la de la derecha es una del bosque.

Por fuera tienen muchas «heridas» y su apariencia no es muy bonita, pero al cortarlas por la mitad aparece una textura firme y jugosa. Lo que me llamó la atención es el tamaño de las semillas, que son grandes para el tamaño del fruto.

El sabor es más ácido, e incluso algo más amargo que las manzanas comercializadas. Es un gusto diferente, pero no está nada mal.