Me gusta mucho la soja negra, no porque digan que tiene propiedades muy buenas para la salud, sino porque está sabrosa y tierna. Cuando se cuece con el arroz integral, todo el arroz coge su buen sabor.

En la foto de la portada tengo arroz negro, pero ¿lo veis?

Sí sí, está aquí, un poco escondido:

Los fines de semana intentamos salir de excursión para hacer un poco de ejercicio físico y nos preparamos obento para comer. Es una comida para llevar que se pone en una caja y en Japón es muy común que los estudiantes y los trabajadores lo lleven cada día a su clase o a su trabajo.

Estos días hay madres (¿o quizá también algunos padres?) aficionados a decorar el obento muy bonito, haciendo figuras de personajes de anime o de animales, etc. Esto se llama kyara-ben y ahora forma parte de la cultura popular de Japón.

Mi obento es mucho más sobrio, pero bueno, lo importante es que sea rico.

Aquí va la receta de arroz integral con soja negra. (La receta básica de arroz integral está aquí.)

Ingredientes:

• 2 tazas de arroz integral (una taza de arroz = 180 ml.)
• 3 cucharadas de soja negra
• 600 ml. de agua
• 1 pizca de sal

1. Lavar el arroz integral y la soja negra juntos y ponerlos en remojo en una olla a presión en la noche anterior.
2. Poner una pizca de sal en la olla antes de ponerla en fuego.
3. Después de que comience a salir el vapor, bajar el fuego y cocinar 30 minutos a presión.
4. Apagar el fuego y dejar 15 minutos para enfriar.
5. Después de comprobar que la presión haya bajado, destapar la olla y desgranar el arroz con suavidad.

Como he sido toda mi vida una persona sedentaria, me cuesta mucho hacer ejercicio físico. A los tres minutos de iniciar la subida a la montaña, ya me entran las ganas de dejar el camino y de abrir el obento, cosa que no puede ser! Pero me aguanto y subo diciéndome internamente: no hagas «haya-ben»!

«Haya-ben» es una expresión coloquial en japonés, que utilizamos cuando una persona, (normalmente un estudiante) no aguanta el hambre y come su obento antes de la hora de comer.

Caminé, caminé mirando sólo abajo, y finalmente llegué bien a la cima de la montaña!

¡Itadakimasu! (¡Buen provecho!)