Los que utilizamos vaporeras a menudo sabemos que cocinar al vapor hace la comida muy rica. Recientemente, hemos añadido una nueva y especial experiencia con respecto a este método de cocción: cocinar al vapor, pero con el vapor que genera la actividad del magma del interior de la Tierra.
Éste es el paisaje que tenemos en la ciudad en la que resido actualmente. Se ven chorros de vapor por todas partes y hay numerosos balnearios de aguas termales por toda la ciudad, paisaje poco habitual incluso en Japón, que es por lo general una zona sísmica activa.
En la parte montañosa de la ciudad, hay una instalación en la que se cocina la comida con el vapor muy caliente que sale del subsuelo.
El sistema es medio self-service.
Primeramente, compras un ticket en concepto de utilización del horno y de los ingredientes que te gusten. Hay de para todos los gustos: verduras, carne, mariscos, huevos, arroz, etc. Si prefieres traer los ingredientes de casa, también se puede aunque tienes que pagar una cuota adicional.
Los ingredientes te los cortan allí mismo. Y con todo preparado en un colador vas al horno de vapor que te hayan asignado.
Nuestro horno fue éste, el número 6.
Como es una instalación participativa, tienes que meter los ingredientes tú mismo en este agujero caliente. Como el tiempo requerido para la cocción es diferente según los ingredientes, los trabajadores de allá te indican en cuántos minutos tienes que venir a sacar tal ingrediente. Pero no te preocupes, porque aunque te despistes, te avisan diciendo el número de tu horno.
Al sacar el colador del horno-vaporera, vamos a la mesa, donde hay condimentos básicos como sal y salsa de soja. Las verduras (boniato, maíz, patatas, col, etc.) quedaron muy dulces y ricas incluso sin ningún condimento.
Al terminar de comer salimos preguntándonos si los ingredientes nos parecieron ricos porque pensamos que la comida está hecha de esta manera especial o porque es de verdad diferente la comida hecha a vapor de géiser a la cocina al vapor en casa con nuestra vaporera.
A mi parecer, la respuesta es ésta última. Al salir de la instalación, encontramos una fuente en la que puedes beber el agua termal. La probamos y nos sorprendimos por su sabor. Era agua rica, que tenía un sabor ligeramente salado, con matices.
Si el vapor que sale del horno también contiene minerales varios, puede enriquecer los ingredientes que se cocinan.
Lo ideal sería tener este horno natural en nuestra cocina, pero lo veo un poco complicado.
Esa ciudad es Beppu, ¿no?
Hola Iñaki! Sí, es Beppu. Saludos,