El otro día, en el mercado de productos ecológicos, nos llamaron la atención unas flores bonitas. Era en una parada de verduras, donde vimos estas flores amarillas grandes.
Cuando nos dijeron que eran flores de calabacín, me fijé por primera vez en el tronco verde que salía por debajo de la flor. Eran calabacines más delgados y pequeños, pero su color y su forma son los del calabacín que conocemos bien.
Compramos cuatro piezas para probar. Nos explicaron que se podía poner un trozo de queso dentro de la flor y rebozarlo con harina y huevo y freír. Traduciendo esta receta a la vegetariana, rebozamos las flores con harina, agua y una pizca de sal y las freímos.
¡Qué buena estaba la flor y también qué tierno y jugoso estaba el tronco, es decir, el joven calabacín, con el que también hicimos un rebozado.
Un rebozado o tempura normalmente lleva huevo, pero sin huevo también se puede preparar. De hecho, en la shoojin ryoori, cocina vegetariana que se practica en los templos budistas en Japón, tampoco se utilizan huevos.
Se mezclan harina y agua en la misma proporción o con un poco más de harina que de agua, junto con una pizca de sal. Lo importante es utilizar el agua fría y no remover demasiado para que no se genere gluten de trigo.