Hay varios tipos de harinas que sirven para rebozar, espesar, etc. Cada uno de ellos tiene un sabor propio y características diferentes, y estos días me parece especialmente interesante utilizar kuzu en diferentes platos.

En Japón, el kuzu se apreciaba tradicionalmente como una planta con propiedades medicinales porque se consideraba que daba calor al cuerpo, mejoraba la circulación de sangre y ayudaba a un buen funcionamiento de los órganos digestivos.

No es un producto barato, pero creo que vale la pena. Tiene una textura fina cuando se utiliza como espesante y si se emplea para un rebozado, se logra una sensación ligera, pero crujiente.

El plato de hoy es una combinación de una textura tierna de boniato y de kuzu con sésamo, que le añade una sensación de granulado crujiente.

Si sobra este plato, podemos ponerle un poco de frutos secos y utilizarlo como relleno de un postre dulce:

Ingredientes (para tres personas)

• 350 g. de boniato
• 2 o 3 pizcas de sal
• 1 cucharada de aceite de sésamo
• 1 cucharada y media de kuzu
• 2 cucharadas de sésamo (blanco o negro, al gusto)

1. Cortar el boniato en dados de 1,5 cm y esparcir la sal por su superficie.
2. Calentar el aceite en la sartén y saltear un momento el boniato a fuego medio.
3. Tapar la sartén y cocinar a fuego lento hasta que el boniato esté tierno (en caso de que se esté quemando, añadir unas cucharadas de agua).
4. Diluir el kuzu en el mismo volumen de agua y añadir a la sartén.
5. Remover un poco hasta que el kuzu quede transparente y añadir el sésamo.
6. Corregir el punto de sal y servir.

Notas

• En lugar de sal, también se puede utilizar un poco de umesu, que combina muy bien.