Si sobran las croquetas, las podemos congelar. El día que comimos las croquetas hicimos también algunas pequeñas para guardarlas en el congelador y utilizarlas en nuestros obento para ir de excursión.
Sólo tenemos que envolver bien cada croqueta ya rebozada con pan rallado en film y ponerlas en el congelador.
Podemos freír las croquetas congeladas sin necesidad de descongelarlas previamente, pero si se ve que hay hielo en la superficie de las croquetas, es recomendable quitarlo o esperar un poco para que no salpique aceite al freír.
También es importante no poner muchas croquetas a la vez en aceite porque, al estar congeladas, la temperatura del aceite baja de repente y no se fríen bien.