El sorprendente calabacín ovni

Calabacín ovni 1

En un mercado de productos naturales encontré una verdura que tenía una forma curiosa. Me dijo la señora del puesto que era un UFO-Zukkini (que se traduce por «calabacín ovni»). No sabía que existía esta variedad de calabacín, pero ciertamente de este vegetal podemos encontrar muchas formas y colores.

Nos lo comimos cocinado de maneras sencillas: a la plancha con un poco de aceite de oliva y sal, en sopa y también al vapor. Lo queríamos probar así porque, además de ser una variedad de calabacín desconocida hasta ahora por nosotros, era un producto cultivado de una manera especial, que es mediante la agricultura natural.

La agricultura natural se basa en un cultivo que no utiliza pesticidas ni tampoco abono. Se diferencia también de la agricultura orgánica, principalmente, porque, aunque ambos métodos coinciden en no utilizar pesticidas, la orgánica emplea abono (de procedencia no química), pero la natural no.

El investigador y agricultor Masanobu Fukuoka creó la agricultura natural teniendo en cuenta la conservación del equilibrio ecológico de los huertos, suprimiendo al máximo la intervención de los seres humanos en el proceso de cultivo. En la agricultura convencional, se añade abono porque se piensa que después de cultivar un producto, ese producto consume los nutrientes de la tierra y hace falta añadir lo que falta. Pero en la agricultura natural no se plantea el asunto de la misma manera: no utiliza abono porque, en un entorno lo más cercano posible al estado original de la naturaleza, gracias a los animales, a las plantas salvajes y a las bacterias, etc. la tierra se mantiene fértil.

Todavía son una minoría los agricultores que emplean este método de cultivo, pero hay cada vez más interés en los productos agrícolas cosechados de esta manera y hay cada vez más consumidores que buscan las verduras de la agricultura natural.

Calabacín ovni 2El “ovni” que conseguimos también venía de una huerta de agricultura natural. Estaba realmente bueno porque tenía un sabor intenso y dulce. La señora de la huerta también nos regaló un pepino, diciendo que nos parecería claramente diferente a los pepinos cultivados de las otras maneras. La verdad es que no estaba segura de poder percibir la diferencia, pero al masticar un trozo me di cuenta inmediatamente, ya que tenía un sabor más intenso, menos aguado, más dulce y sobre todo, no tenía el olor característico del pepino, que seguramente molesta a los que no les gusta esta verdura.

Estos días pienso que ser gourmet no consiste en ir a un restaurante caro y comer cosas económicamente valoradas. Tengo una envidia sana a las personas que cada día pueden alimentarse de verduras tan buenas cada día.

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