En un libro escrito por un japonés que trabajaba como especialista en crear comida industrial combinando varios tipos de aditivos explicaba que hay «umeboshi» que se elabora a partir de las ciruelas ya una vez aprovechadas para hacer otros productos como licor. Es decir, se reutilizan esas ciruelas, que ya no tienen ningún gusto», para fabricar umeboshi con ayuda de varias sustancias químicas que les añaden sabores.
Me sorprendió la historia, pero a la vez pensé que no sería una práctica tan habitual que encontrásemos en nuestro entorno. Pero unos días después fui a un supermercado que está cerca de mi casa en Japón y se me ocurrió mirar la etiqueta de umeboshi.
Había algunos paquetes de umeboshi y la etiqueta de uno de ellos realmente me impresionó porque ahí figuraban más de diez ingredientes cuando un umeboshi tradicional nada más tiene tres: ciruela «ume», sal e hierba «shiso».
Pero lo más impactante era que por apariencia, no podías distinguir ese umeboshi extraño de los demás. O incluso, el umeboshi con multi-ingredientes químicos parecía más bueno.
A partir de entonces, me fijo más en las etiquetas de cualquier producto porque así al menos puedo evitar los productos más extraños. El único problema es que ahora tardo más en comprar…
Referencia
Abe, Tsukasa (2005) Shokuhin no uragawa: Minna daisukina shokuhin tenkabutsu, Tokyo, Toyokeizaishinposha.