Una compota de manzana normalmente lleva azúcar, pero las manzanas son originalmente dulces y no hace falta endulzar más. Con un poco de limón y una pizca de sal, que hace pronunciar la dulzura de manzana y que a la vez ayuda a extraer el jugo de manzana al cocinar, podemos hacer un postre sencillo, pero rico. La receta de hoy lleva también orejones. Puede ser cualquier fruto seco como pasas, ciruelas o higos, pero las manzanas y los orejones es la combinación que más me gusta.
Ingredientes (para dos personas):
- 1 manzana (por ejemplo, manzana Fuji)
- 2 orejones troceados
- 1 cucharadita de limón
- 1 pizca de sal
- Pelar y cortar la manzana en ocho trozos uniformes.
- Poner todos los ingredientes en una cazuela y ponerla a fuego lento con tapa. (Al comienzo de la cocción se tiene vigilar bien porque se quema fácilmente. Si se utiliza un tipo de manzana con poco jugo y se ve que se quema, se puede añadir una cucharadita de agua.)
- Cuando la manzana empiece a sacar su jugo, mantener la cazuela a fuego lento y esperar entre diez y quince minutos hasta que la manzana se vea más transparente.
- Sacar del fuego y dejar enfriar.
Notas adicionales
- Como cuando está caliente es menos dulce, es recomendable dejarlo enfriar antes de servir.
- Opcionalmente también se puede añadir canela, avellanas y/o nueces.